miércoles, 17 de diciembre de 2008

La Unidad del Cosmos: Todos somos Uno.


¿Qué explicación encuentras cuando estás pensando en alguien y de repente te llama?, o cuando dos personas piensan exactamente a la misma vez y éstas empiezan a hablar al unísono la misma frase ¿Te has parado en pensar porqué un día soleado y con temperatura agradable te influye positivamente en tu ánimo? O, por qué la luna llena afecta al comportamiento y la psique de ciertas personas.

Lo cierto es que no podemos negar que existe cierta interrelación entre nosotros, cierta comunicación a nivel mental a través de ciertos “hilos invisibles” que nos ponen en contacto aunque no entendamos el cómo y el porqué y aunque se produzca de una manera refleja. De igual modo, existe una interacción entre los fenómenos de la naturaleza y nuestros estados emocionales que no pasan inadvertidos. Así pues, nuestras emociones, sentimientos, pensamientos e ideas ejercen una influencia en nuestro entorno. Decir esto puede parecer disparatado, mas cuando nuestro entendimiento ha estado condicionado a lo largo de nuestra historia a un separatismo entre nosotros y todo lo demás, a un mecanicismo de lo material regido por leyes fundamentales que explican su funcionamiento. Pero el avance de la ciencia y los últimos estudios sobre Física Cuántica hace que lleguemos a un punto en el que nos planteemos una nueva forma de concebir la vida, la realidad, el universo, el Yo interior como un todo integrado, interrelacionado e indivisible, produciéndose así un divorcio con la idea dualista de nosotros y todo lo demás.

Ahora, permítanme un viaje de lo más grande a lo más pequeño. Imaginemos nuestro universo, el vasto e infinito universo compuesto de constelaciones, galaxias, nebulosas, agujeros negros, estrellas… todos estos elementos lo forman, al igual que nuestra galaxia La Vía Láctea. Dentro de ella se encuentran millones de estrellas y sistemas solares, entre ellos el nuestro, que a la misma vez sigue siendo una parte del universo. Si seguimos ampliando el zoom vemos a nuestro planeta tierra orbitando alrededor del Sol junto a otros planetas con sus satélites. La Tierra aún sigue siendo parte del universo, como un minúsculo granito de arena de un inmenso e infinito desierto de arena. Si ponemos a nuestro particular “granito de arena” en nuestro súper microscopio virtual observamos que está formado de mares, continentes, de dos polos, de una atmósfera que lo recubre… y todo ello sigue formando parte del universo. Si seguimos aumentando el zoom nos encontramos con montañas, ríos, mares, llanuras, con un manto de vida que los recubre con flora y fauna, todo en armónico equilibrio como un gigantesco organismo (al respecto existe la famosa teoría de Gaia que fue ideada por el químico James Lovelock en 1969, aunque publicada en 1979). Y dentro de este sistema vivo nos encontramos nosotros, los seres humanos, que aun seguimos formando parte de ese “granito de arena” llamado Tierra, del sistema solar, de La Vía Láctea y del universo. Pero aquí no termina nuestro viaje… nuestro súper microscopio virtual aún es capaz de aumentar mucho más el zoom. Cojamos ahora a un ser humano cualquiera de nuestro planeta tierra y observémoslo. Comprobamos de inmediato que se compone de un aparato locomotor formado por huesos, articulaciones y músculos, de aparato circulatorio, respiratorio, digestivo, reproductor… cada uno con sus órganos, además de sistemas como el nervioso, el inmunológico, etc.… todos ellos integrados como un todo dando lugar a nuestro ser humano. Pero además comprobamos que los órganos se componen de distintos tejidos, y éstos a su vez se componen de moléculas que a su vez se componen de átomos. Todos esos átomos forman moléculas, tejidos, órganos, aparatos, y éstos seres humanos. Pero los átomos también forman plantas, animales, rocas, mares, aire… Y todo a su vez forma la Tierra, que a su vez se integra en un sistema solar de una galaxia de nuestro universo. Por tanto, podríamos deducir que el átomo es la unidad mínima de lo cual está compuesto todo.

Me temo que nuestro viaje no termina aquí ya que nuestro súper microscopio virtual aún tiene varios niveles que mostrar.

Pongamos a observación un átomo. Todos imaginamos a un átomo como una esfera que en combinación de otras “esferitas” hacen infinitud de moléculas con las que se construye todo lo “material existente”. Pero si nos adentramos en una de esas “esferitas” comprobamos que está prácticamente vacía. Observamos un núcleo alrededor del cual orbitan electrones a una velocidad vertiginosa. Por un lado, decir que los electrones, los cuales representan una ínfima parte del átomo, como el núcleo, formado de protones y neutrones, carecen prácticamente de “materia”, decir por otro lado que estas partículas se forman de una extensa lista de partículas subatómicas más elementales como los hadrones, mesones, leptones, neutrinos, bosones, fotones, quarks, etc…. que interactúan, se fusionan y se transforman entre ellos. Actualmente se cree que los leptones, los quarks y los bosones gauge son todos los constituyentes más pequeños de la materia y por tanto serían partículas propiamente elementales. Lo más “sólido” que se pueden decir de ellas es que son unidades mínimas de energía e información. Además, no se puede hablar de una posición exacta de estos elementos sino de la probabilidad de que existan en un determinado lugar y en un determinado momento. Por tanto, según Heisenberg, el padre de la Física Cuántica moderna, no podemos hablar de partículas propiamente dichas sino de posibilidades, probabilidades y unidades mínimas de información. Así, debemos plantearnos que lo que componen las cosas son conceptos, ideas e información.

Llegados al final de nuestro viaje, del nivel más elevado al nivel más elemental de la existencia, cabe deducir las siguientes conclusiones:

- Si un átomo está prácticamente vacío, el universo está entonces prácticamente vacío.
- Si las partículas subatómicas elementales son unidades mínimas de información y energía, el universo entero es energía.

Analizando estas conclusiones cabría preguntarnos: ¿Dónde está entonces la frontera entre las cosas? ¿Qué hace ser una cosa distinta a otra? ¿Está todo interrelacionado y unido?

La respuesta es que estando situados en ese nivel mínimo de existencia no hay fronteras ni límites, todo es un vacío continuo, un campo unificado de energía e información en el cual está contenido todas las posibilidades al mismo tiempo. Es un concepto abstracto y difícil de entender, pero es lo que la Física Cuántica nos dice al respecto. Así, dentro del campo unificado, lo que diferencia un objeto o cosa de otra es el nivel de energía e información que contiene. Por ejemplo, un átomo de Hierro tiene una cierta información y energía contenida en la conjunción de sus electrones, protones y neutrones que lo dotan de una masa atómica concreta y de ciertas características físico químicas diferentes a las de un átomo de Hidrógeno. A partir de ahí, los átomos se combinan entre sí formando moléculas o unidades de información y energía más complejas, éstas a su vez se combinan originando sustancias con un nivel de energía e información mayor, y así sucesivamente hasta formar objetos, cosas, plantas, animales, personas, rocas, mares, aire, planetas, estrellas, sistemas solares, galaxias, constelaciones… hasta llegar al universo.

Por tanto, TODO está interrelacionado y unido, TODOS somos UNO. Hay una única unidad existente e infinita que todo lo baña y nosotros participamos y formamos parte de ella.